El PQQ, Pirroloquinolina quinona, es un compuesto descubierto a finales de los años 70 pero que sólo ahora comenzamos a comprender. Al contrario de lo que se pueda pensar, dado lo desconocido que es, es un nutriente que puede hallarse en pequeñas cantidades en el perejil, los pimientos verdes o las espinacas.

Para empezar, hay una cosa bien llamativa sobre el PQQ. Y es que se trata de un nutriente esencial, lo que significa que nuestro cuerpo no puede fabricarlo. Incluso la coenzima Q10, con la que comparte propiedades para la salud de las mitocondrias de las células que generan energía, pueden fabricarla sobre todo los cuerpos sanos y biológicamente jóvenes. Pero el PQQ no. Su poder antioxidante se cifra por miles de veces superior a la vitamina C y unas 200 veces superior a los polifenoles del té verde y se le han atribuido muy diversas propiedades neuroprotectoras. Para qué engañarnos, el PQQ como digo es probablemente la sustancia que más propiedades tiene en común con la coenzima Q10.

- El PQQ puede generar in vitro nuevas mitocondrias, lo cual es un hecho revolucionario
- El PQQ regula la expresión genética
- El PQQ favorece la muerte de las células cancerígenas (apoptosis)

- Beneficios cardiovasculares

Los estudios animales han hallado que la suplementación con PQQ reduce el área dañada por bloqueo arterial, tanto si se suplementa antes o después del suceso cardiovascular.

Como antioxidante que es, puede reducir la oxidación del colesterol. En otro estudio animal, los autores afirmaron que "el PQQ reduce el estrés oxidativo, la disfunción mitocondrial y la muerte celular en las células musculares"

 - Beneficios neuronales
Ensayos animales concluyeron que el PQQ puede revertir el daño cognitivo causado por el estrés oxidativo. En otros estudios el PQQ ha mostrado proteger contra una proteína asociada en la enfermedad del Parkinson. El PQQ suprime oxidantes derivados del nitrógeno, los cuales son especialmente dañinos para el cerebro. Un estudio afirmó que el PQQ "reduce significativamente el área dañada del cerebro incluso si se administra 3 horas después del infarto cerebral". ¿Debería considerarse la inclusión del PQQ dentro de lo que dispone una sala de emergencias?

El PQQ ha demostrado, además, inhibir la llamada exitotoxicidad generada por toxinas, incluso mercurio, sospechoso habitual en el desarrollo de Alzheimer. También se sabe que el PQQ puede bloquear la proteína alfasinucleína asociada con el desarrollo de Parkinson. 

En un estudio doble ciego con humanos sanos entre 40 y 70 años, 20 mg diarios de PQQ produjo mejoras claras en la función cognitiva, como por ejemplo el doble de puntuación en tests de memoria comparado con el grupo de control. Cuando dentro del grupo de tratamiento, a un tercer grupo separado se le añadió 300 mg de Q10 (tener en cuenta que era ubiquinona, no el activo ubiquinol que es superior y del que se precisaría menos dosis) a los 20 mg de PQQ los resultados fueron aún superiores. In vitro, el PQQ estimula la regeneración nerviosa (promueve el Factor de Crecimiento Nervioso)

- Expresión genética

Ensayos con roedores sobre la implicación genómica del PQQ han establecido que este compuesto altera la expresión genética de 438 genes. Cuando la dieta es suplementada con PQQ, la expresión genética parece de algún modo normalizarse (optimizarse). En concreto, los genes más favorablemente afectados por el PQQ tienen que ver con: 

- Señalización y comunicación entre células
- Estrés celular
- Generación de mitocondrias
- Transporte de metabolitos (moléculas del metabolismo, como aminoácidos, vitaminas..)

Todo ello hace que el PQQ esté en el corazón de la ciencia antienvejecimiento.

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