La macrobiótica es una filosofía de vida que se centra en la forma de alimentación, desarrollada por George Ohsawa en Japón.
Ohsawa se basó en el método del doctor Sagen Ishizuka, que recuperaba la alimentación tradicional oriental y buscaba elequilibrio de sodio y potasio en los alimentos. Utilizó esta dieta para tratar su propio padecimiento de tuberculosis, y estudiando tradiciones ancestrales japonesas extendió los conocimientos de Ishizuka para desarrollar la macrobiótica.
La dieta desarrollada por Ohsawa se basaba en distintas etapas de restricción, y culminaba en una dieta que consistía tan sólo en arroz integral y agua. Debido a ello, los seguidores actuales de la macrobiótica se han alejado de estos principios; prefieren la continuación de las enseñanzas que realizó exhaustivamente Michio Kushi.
Kushi escribió varios libros e inició el Instituto Kushi en Boston en 1978, cuyas enseñanzas se han extendido por todo el mundo occidental.

En qué se caracteriza la macrobiótica

Es una dieta baja en grasas y alta en fibra, compuesta principalmente por granos integrales y vegetales.
La macrobiótica busca cultivar la salud y longevidad al buscar establecer una correspondencia entre la energía personal y el orden natural. Según este principio, la vida circundante y el ecosistema influyen en nuestra energía vital, nuestro humor, espíritu y naturaleza.
El estilo de vida macrobiótico pone énfasis en comer comida orgánica, local y de estación, combinada de forma que resulte balanceada energéticamente.
Además de preocuparse por los óptimos niveles de proteínas, carbohidratos, vitaminas y minerales que el cuerpo requiere —y del equilibrio en el consumo de sodio y potasio—, la comida macrobiótica procura un equilibrio energético que optimiza el funcionamiento de los órganos del cuerpo y del sistema inmune.
Los altos contenidos de fitoestrógenos en esta dieta podrían explicar algunos de los vínculos que se establecen entre esta forma de alimentación y sus efectos anticancerígenos.
La alimentación debe basarse en un equilibrio complejo, que considera principalmente las teorías de Yin-yang y de los Cinco Elementos. El objetivo es poder obtener el mejor ki de los alimentos.

Alimentos clave

Arroz integral, algas, encurtidos, fermentos y rábanos son incorporados a la dieta macrobiótica por sus propiedades nutricionales. La dieta tiene como base los vegetales, cereales integrales, nueces, semillas, raíces, legumbres y pescados, y limita el consumo de alcohol, azúcar, endulzantes, carnes rojas, huevo y sal.
El balance debe considerar la forma de cocción, color, sabor, textura, gusto y forma de la comida.
La macrobiótica busca recuperar los métodos tradicionales de comer y cocinar, entender la comida como una necesidad biológica y evolutiva. El cuerpo está diseñado para comer ciertas cosas, las cuales no son promovidas por la alimentación moderna, rica en productos fuera de balance que nos enferman.
Hay una interrelación asumida desde hace siglos entre las emociones y el cuerpo A partir de lo que comemos podemos afectar nuestras emociones y a partir de lo que sentimos nuestro cuerpo requiere ciertos alimentos: por ejemplo, cuando alguien se deprime y sólo quiere comer dulces. El sabor dulce es un alimento del elemento Tierra que tiene que ver con un sentido de protección. Un vegetariano, por otro lado, cuando come carne, suele ponerse de mal humor, porque la digestión de las proteínas y la grasa hace trabajar en exceso a su hígado, y el hígado está asociado con el enojo y la frustración.
Así, sabiendo qué comer podemos controlar nuestras emociones, sanar algunas, evitarlas y promover un estado sereno, alegre y lleno de energía.

Lo que come y deja de comer un macrobiótico

  • Más de la mitad de la alimentación está compuesta por granos integrales. Se prefieren enprimavera la cebada, el centeno y el trigo; en verano, el amaranto, el maíz y el sorgo; a finales de verano el mijo y el camote; en otoño el arroz, y en invierno el trigo sarraceno.
  • Se incluye sopa como un plato regular. Normalmente se repite en la comida y la cena. Debido a la aproximación oriental, es común que la sopa consista en miso o shoyu. Un excelente ejemplo de la importancia de la sopa es el libro Three Bowl Cookbook, de Tom Pappas.
  • Una tercera parte de los alimentos deben ser vegetales. Estos no deben ser muy cocidos porque pierden muchos de sus nutrientes. Deben ser orgánicos e integrales, en el sentido de que deben consumirse todas las partes comestibles. Se destaca el consumo de algas marinas.
  • Debe incluirse una pequeña porción de legumbres en la alimentación diaria, para completar las proteínas de los granos integrales.
  • El resto de la dieta está compuesta de pequeñas porciones de carne —preferiblemente pescado—, nueces, semillas y fruta.
  • Se evitan los postres. Es posible comerlos, pero con moderación y en circunstancias especiales.
  • Para condimentar, tradicionalmente se usa sal de mar, vinagre de arroz y ciruela, algas y jengibre. Se desincentiva el uso de sal de mesa y se recomienda usar diferentes especias que potencien el sabor, aunque como tienen cualidades medicinales, es importante conocerlas bien antes de usarlas.

Desventajas

Entre las desventajas potenciales de una dieta macrobiótica, podemos mencionar:
  • La cocina macrobiótica requiere mucho tiempo. Es difícil integrarla a la vida moderna y, al atender problemas específicos, se vuelve demasiado personal, por lo que una comida familiar puede convertirse en un menú interminable. Muchas guías de macrobiótica terminan convirtiéndose en manuales de cocina, dejando de lado sus conceptos más holísticos.
  • Tendencia a lo japonés. Como los ejemplos y recomendaciones de los fundadores de la macrobiótica son japoneses, los seguidores y consejeros tienden a limitarse a productos japoneses, ignorando las cualidades de alimentos propios de otras culturas. Incluso se recomienda no ingerir productos tropicales, lo cual tiene sentido, si se lo piensa, excepto viviendo en el trópico.
  • Es difícil mantener el equilibrio en los alimentos, lo que vuelve en ocasiones la dieta muy limitada. La cantidad de reglas que componen la alimentación macrobiótica terminan restringiendo la imaginación y la comida se vuelve monótona e insípida, lo que en realidad va en contra de la misma macrobiótica.
  • Es difícil comer macrobiótico y seguir una vida social. Comer fuera significa limitar demasiado las alternativas o comer algo a consciencia de que nos puede enfermar.
  • Una dieta macrobiótica mal diseñada suele causar deficiencias de proteínas, vitamina B12, hierro, magnesio y/o calcio. Cabe mencionar que, por el contrario, una dieta bien diseñada aporta mucho más y mejores nutrientes que otros estilos de alimentación.
  • La macrobiótica “a medias” puede causar deshidratación. El menú macrobiótico ya contiene todo lo que el cuerpo necesita, incluso el agua para digerirlo. Si se toma más agua, se dice, sólo se excede el trabajo de los riñones. Pero si se consumen alimentos fuera de la dieta macrobiótica y no se toma suficiente agua, puede causar deshidratación. También es importante la calidad del agua que se consume.
  • Los primeros síntomas son desagradables. Es difícil la transformación hacia una dieta macrobiótica. Muchas personas recomiendan hacerlo parcialmente, sustituyendo los alimentos paulatinamente. Tornar a esta dieta de manera abrupta puede resultar en falta de energía, dolores de cabeza y otros padecimientos. Curiosamente, son los mismos males que acompañan a las terapias de desintoxicación y a los masajes de drenaje linfático

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