COL - para las ulceras








COL
CICATRIZA LAS ÚLCERAS


          Pocas especies vegetales han dado lugar a tan elevado número de variedades,  y además, tan diferentes entre sí. ¿Quién diría que la col de Bruselas y la lombarda, por ejemplo, son la misma especie? El mundo vegetal participa de ese gran potencial de variación intraespecie que también observamos en el reino animal. Porque, ¿diría usted que un perrito chihuahua y un San Bernardo pertenecen a la misma especie?

          A pesar de las diferencias en cuanto a forma y color que se observan entre los diferentes tipos de coles, todas ellas contienen el mismo  número de cromosomas en sus células, y se reproducen entre sí  por polinización cruzada;  es decir, constituyen una misma especie, al igual que las diferentes razas de perros.

          Todas las variedades actuales de la col derivan de la col silvestre, que todavía puede encontrarse en las costas atlánticas de Francia e Inglaterra.

          Según en qué parte de la planta se concentra su energía de crecimiento obtenemos las diferentes variedades de col:
ü  En las hojas: col blanca, lombarda, col rizada;
ü  En las inflorescencias: coliflor, brécol;
ü  En la base del tallo (bulbo): colirrábano;
ü  En las yemas o brotes: col de Bruselas.

          Las coles se usaban como alimento ya en la época grecorromana. Los griegos, además de apreciarlas como alimento, descubrieron sus propiedades medicinales. Hipócrates, Galeno y Dioscórides, alabaron las virtudes dietoterápicas de las coles. Catón el Viejo, filósofo romano del siglo II a.C., declaraba que “si los romanos habían podido pasar sin médicos durante más de seis siglos, el mérito debía atribuirse al uso de las berzas.

          A pesar de ello, durante toda la historia las coles han sido consideradas como un alimento propio de gentes humildes y poco distinguidas. Este concepto un tanto despectivo en cuanto a las coles, cambió radicalmente hace unas décadas cuando se descubrió su gran potencial ANTI CANCERÍGENO; las coles contienen sustancias capaces de impedir la formación de tumores malignos, e incluso, de detener su crecimiento.

          Además de esta acción anticancerígena, las coles poseen muchas otras propiedades dietoterápicas y medicinales, tal como se expone a continuación.

PROPIEDADES E INDICACIONES: Las hojas de las coles contienen una gran variedad de nutrientes:

  • PROTEÍNAS, en porcentaje nada desdeñable que oscila entre el 3, 38% de las coles de Bruselas, y el 1, 39% de la lombarda. Se trata de proteínas incompletas, como muchas de origen vegetal, por no contener todos los aminoácidos en la proporción idónea. Sin embargo, combinadas con otras proteínas vegetales, como las que se encuentran en los cereales o en las leguminosas, se convierten en proteínas completas de alta calidad.
  • GRASAS o LÍPIDOS, en una cantidad mínima, prácticamente despreciable. Únicamente la col de Bruselas alcanza el 0, 3%, oscilando todas las demás coles entre el 0, 1% y el 0, 2% de su peso. Esta escasez en grasas hace de las coles un alimento muy adecuado para CARDÍACOS Y OBESOS.
          Las grasas de la col, aunque están presentes en muy escasa proporción, tienen una gran importancia preventiva y curativa. Disueltas en ellas, se encuentran las sustancias sulfuradas, responsables de la mayor parte de sus acciones medicinales, identificadas actualmente como elementos fitoquímicos.
  • HIDRATOS DE CARBONO: La mayor parte de las coles contienen entre un 3% y un 5%
  • VITAMINAS: Son especialmente ricas en beta-caroteno (provitamina A) y vitamina C, aunque contienen también cantidades significativas de vitaminas B, E y K. La cantidad de provitamina A varía mucho entre unas coles y otras, siendo en general mayor cuanto más verdes son las hojas.
  • MINERALES Y OLIGOELEMENTOS: Todas la coles en general son ricas en potasio y muy bajas en sodio, lo que las hace muy apreciadas en caso de hipertensión o de retención de líquidos (edemas). Contienen también bastante calcio, fósforo, hierro y magnesio, así como una gran variedad de oligoelementos, entre los que destaca el azufre.
          Las coles son en general una buena fuente de calcio, tanto por la cantidad que contienen (35-77 mg/100 g, la mitad   que la leche),  como por lo  fácilmente que ese calcio se absorbe. Las investigaciones muestran que el organismo absorbe mucho mejor el calcio de las coles que el de la leche.
  • FIBRA VEGETAL: Las coles son ricas en fibra vegetal de tipo celulósico. Esto las hace laxantes y reguladoras del tránsito intestinal, aunque también flatulentas para algunas personas propensas a la formación de gases intestinales.
  • ELEMENTOS FITOQUÍMICOS: Son sustancias de reciente descubrimiento, que se encuentran en las frutas, en las verduras y  hortalizas en cantidades muy pequeñas, y que realizan importantes  funciones en el organismo. A medida que se perfeccionan los métodos de análisis químico, se van descubriendo nuevos elementos fitoquímicos. En la búsqueda de elementos fitoquímicos, las plantas de la familia de las Crucíferas son de las más estudiadas científicamente.
          Estos elementos, desconocidos hasta hace poco, han despertado un gran interés científico, mostrando que todavía queda mucho por descubrir en la composición de los vegetales.
          La acción más importante y estudiada de los elementos fitoquímicos descubiertos en las coles, es la anticancerígena. Pero posiblemente, también otros efectos medicinales como el antiulceroso o el antidiabético o el antibiótico, puedan atribuirse a estas sorprendentes  sustancias.
          Con esta composición tan variada y atractiva, desde el punto de vista científico, las coles presentan las siguientes aplicaciones medicinales:
·       ULCERA GASTRODUODENAL: La capacidad cicatrizante de las hojas de col sobre la piel, en aplicación externa es un hecho bien conocido y experimentado desde antaño.
El doctor Ernst Schneider refiere las experiencias llevadas a cabo en la Universidad de Stanford, en las que se puso de manifiesto el efecto cicatrizante del jugo de col fresco (200-250 ml) cuatro o cinco veces diarias, veían acortar el tiempo de cicatrización de su úlcera a dos semanas; además, el dolor de estómago desaparecía a los pocos días de empezar a tomar dicho jugo.
Experiencias posteriores han puesto de manifiesto que cantidades menores de jugo de col (entre dos cucharadas y medio vaso) son suficientes para obtener un resultado eficaz.
Los primeros investigadores atribuyeron la acción antiulcerosa de la col a una sustancia de tipo lipídico no bien conocida, a la que llamaron “vitamina U”. Hoy sabemos que no se trata de una vitamina, y posiblemente se trate de uno de los elementos fitoquímicos que están siendo identificados y analizados en la col.
·       OTROS TRASTORNOS DEL ESTÓMAGO: Unas cucharadas de jugo de col, tomadas con el estómago vacío cinco o diez minutos antes de las comidas, son capaces de aliviar la inflamación del estómago en pocos días de tratamiento. Desaparecen los síntomas típicos de la dispepsia de origen funcional, tales como pesadez, eructos, y dolor de estómago.
·       AFECCIONES INTESTINALES: La col ejerce una suave acción laxante y reguladora del tránsito intestinal, debido a su contenido en fibra celulósica. Su uso conviene en caso de estreñimiento crónico y de diverticulosis.
          Las sustancias sulfurosas contenidas en la col ejercen acción antibiótica, y pueden contribuir a reequilibrar la flora bacteriana intestinal en caso de infecciones intestinales. Se recomienda incluir el jugo de col fresca (medio vaso tres o cuatro veces diarias) como complemento en el tratamiento de las colitis, fermentaciones y disbacteriosis intestinales.
          Se han realizado experiencias con jugo de col en pacientes de colitis ulcerosa, una grave enfermedad de la mucosa intestinal  de causa desconocida. El jugo se administra igualmente antes de las comidas, tres o cuatro veces diarias. Es de esperar que la acción cicatrizante de la col se manifieste igualmente sobre las úlceras intestinales que se producen en la colitis ulcerosa.
·       PARÁSITOS INTESTINALES: El jugo de col en ayunas ha sido usado también como VERMÍFUGO, para expulsar los parásitos intestinales. Se toma medio vaso por las mañanas en ayunas, durante cinco días seguidos.
·       AFECCIONES CARDIOCIRCULATORIAS: Las coles son en general muy ricas en potasio y bajas en sodio. Este último mineral influye directamente en la génesis de la hipertensión arterial, por su capacidad para retener agua y aumentar el volumen de la sangre.
          Las coles tienen un suave efecto diurético,  y constituyen un alimento muy apropiado para los enfermos del corazón, los hipertensos y los que sufren arteriosclerosis (endurecimiento y estrechamiento de las arterias). Su contenido en vitaminas antioxidantes (A, C y E) contribuye a la regeneración de las paredes arteriales.
·       OBESIDAD: Las coles aportan muy pocas calorías (20-40 Kcal/100 g, excepto las de Bruselas, que llegan a las 43 Kcal/100g), y sin embargo producen una notable sensación de saciedad (quitan el apetito). Por ello, y por su riqueza vitamínica y mineral, la col es un alimento ideal para los obesos, que no debería nunca faltar en las dietas de adelgazamiento.
·       OSTEROPOROSIS Y DESCALCIFICACIÓN: Debido a la notable cantidad de calcio que contienen las coles (aproximadamente la mitad que la leche), y especialmente a lo bien que ese calcio es absorbido por el organismo, las coles constituyen un alimento a tener en cuenta en caso de osteoporosis y descalcificación, así como en todos los casos en que se necesite un mayor aporte de este mineral.
·       DIABETES: Por su escaso contenido en hidratos de carbono, y su riqueza en vitaminas y minerales, la col es muy bien tolerada por los diabéticos. El doctor Schneider explica el efecto beneficioso de las coles, en caso de diabetes,  por la presencia de sustancias que ejercen una acción similar a la insulina, disminuyendo el nivel de glucosa en la sangre.
·       ESCORBUTO: El contenido en vitamina C de las coles, similar al de la naranja (53 mg/100g) ha otorgado a estos vegetales la fama de antiescorbúticos. Ciertamente, en los países del centro y norte de Europa, donde especialmente en la época invernal escasean las frutas y verduras frescas (ricas en vitamina C), las coles son una de las mejoras fuentes disponibles de esta vitamina, sino la única.

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