La Patata
PATATA
GRAN AMIGA DEL ESTÓMAGO
Fue el conquistador español
Francisco Pizarro, quien en 1534 desembarcó en Sevilla por primera vez con un
saco de patatas procedentes del Perú. Su fácil cultivo hizo que pronto se
extendieran por todo el viejo continente.
Pero la verdad es que las patatas
fueron muy mal recibidas en España se las llamaba despectivamente “piedras
comestibles”; en Francia se las rechazaba debido a la creencia popular de que
eran transmisoras de la peste en Alemania solo se usaban para alimentar el
ganado; y en Inglaterra se las censuraba porque no aparecen mencionadas en la
Biblia.
Tuvieron que pasar más de
doscientos años para que las humildes patatas demostraran que son capaces de
calmar el hambre de los pueblos. Fue precisamente en los años previos a la
Revolución Francesa, cuando se divulgó el consumo de este tubérculo. El
farmacéutico francés Antoine Auguste Parmentier fue el principal impulsor de su
consumo en Europa. En 1785, cuatro años antes de que se iniciara la gran
revolución, ofreció un ramito de flores de patatera al rey Luis XVI,
diciéndole:
“Señor, esta es la flor de una
planta que puede solucionar la alimentación de los franceses. A partir de
ahora, el hambre es imposible”
Pero posiblemente la patata no
llegó a tiempo para calmar el hambre de las muchedumbres, pues debido a ella, entre
otras razones, finalmente estalló la Revolución Francesa.
A partir de entonces, la patata
se hizo un lugar en la mesa de los europeos, y por extensión, en la de todos
los habitantes del mundo.
Con más de 1.300 variedades, la
patata es actualmente la hortaliza más cultivada en todo el planeta (unos 270
millones de toneladas anuales). En Alemania, por ejemplo, cada habitante
consume por término medio unos 70 kilos de éste tubérculo al año.
Humildes, despreciadas y baratas,
pero siempre sabrosas y saludables; las patatas resultan hoy insustituibles en
la alimentación humana.
PROPIEDADES
E INDICACIONES: El Servicio de Investigación Agrícola del Departamento de
Agricultura de los Estados Unidos declara que una dieta a base de leche
completa y patatas proporciona casi todos los nutrientes necesarios para el
mantenimiento del cuerpo humano.
La patata es un alimento bastante
completo, que aporta sobre todo hidratos de carbono y proteínas de mucha
calidad. Únicamente es deficitaria en los siguientes nutrientes: grasa,
provitamina A, Vitamina E, calcio y vitamina B12. Todos los demás están bien
representados en la patata.
ü HIDRATOS DE CARBONO: Contiene 16, 4 g/100 g
(16, 4%), de los cuales la mayor parte (unos 16 g) son de almidón. El resto
(unos 0,4 g) están formados por glucosa, fructosa y sacarosa. El almidón o
fécula de la patata es de fácil digestión y no produce flatulencias. Por acción
de las enzimas digestivas (principalmente la amilasa del páncreas), se va
transformando en glucosa, a medida que transcurre por el intestino delgado. La
glucosa pasa a la sangre y proporciona así energía a nuestras células.
Hay que recordar que la digestión del almidón
empieza en la boca por acción de la enzima ptialina. La buena masticación y
ensalivación de la patata, favorece su posterior digestión y asimilación en el
intestino delgado.
ü PROTEÍNAS: La patata es una buena fuente de
proteínas, aunque desde el punto de vista estrictamente cuantitativo pueda parecer modesta (2, 07%).
Las proteínas de la patata tienen las siguientes características:
·
Son
de alto valor biológico, es decir, aportan, todos los aminoácidos que nuestro
organismo necesita, y además, en una proporción adecuada para favorecer el
crecimiento. La mejor prueba de ello es que la patata se emplea
satisfactoriamente en la recuperación de niños malnutridos por su gran
digestibilidad y por la gran calidad de sus proteínas, muy similar al de la
caseína de la leche.
·
Las
proteínas de la patata son ricas en lisina, el aminoácido esencial que escasea
en los cereales. Desde este punto de vista, las patatas resultan idóneas para
combinarlas con los cereales (especialmente con el maíz), pues por el fenómeno
de la suplementación proteínica, entre ambos productos vegetales proporcionan
abundante proteína, y de alta calidad biológica.
·
Aunque
la cantidad de proteínas de la patata es relativamente baja en relación a su
peso (2,07%), suponen el 10,3% del total de calorías, lo cual es casi ideal.
Todos los nutricionistas están de acuerdo en que las proteínas no deben
proporcionar más del 15% de las calorías de una dieta. La proporción de
proteínas de la patata respecto a las calorías (10,3%) es mucho más equilibrada
que por ejemplo la de la carne (25%), claramente hiperproteínica.
ü VITAMINAS: Las patatas son una buena fuente
de vitamina C, aunque durante el proceso de cocción se pierde una parte de esta
vitamina. Cocinadas al vapor es como menos vitamina C pierden; y fritas, como
más. Prácticamente no contiene provitamina A ni vitamina E; en cambio son
bastante ricas en vitaminas del grupo B, especialmente la B1, y la B6
ü MINERALES: Las patatas destacan por su
riqueza en potasio y su bajo contenido en sodio, lo que las hace muy
recomendables en caso de hipertensión y de afecciones cardiovasculares. Son
pobres en calcio, pero bastante ricas en hierro, fósforo y magnesio, así como
en zinc, cobre, manganeso y otros oligoelementos.
ü FIBRA VEGETAL: Las patatas contienen un 1,6%
de fibra vegetal de tipo soluble. Dos patatas de tamaño mediano (300g)
contienen casi la quinta parte de las necesidades diarias de fibra vegetal.
Las patatas son un alimento nutritivo y
bastante equilibrado en cuanto a la proporción de sus nutrientes. Cuando se
quiera obtener una comida casi completa hay que mezclarlas con leche, o bien
añadirles un poco de aceite vegetal para compensar su falta de grasas, y una
verdura rica en provitamina A y en calcio como las espinacas; o bien brécol o
col (ricos en calcio) y zanahoria (rica en provitamina A).
Este tubérculo es un alimento muy útil en
diversos trastornos y enfermedades, entre los que destacan:
·
AFECCIONES
DEL ESTÓMAGO: Se ha dicho que la patata es la mejor amiga del estómago, por el
bienestar gástrico que suele sentir tras consumirla. Este efecto beneficioso de
la patata se atribuye al menos a tres factores:
Ø EFECTO ANTIÁCIDO: Es un alimento
relativamente alcalino, capaz de neutralizar el exceso de ácido. Esta acción
alcalinizante se produce tanto localmente en el estómago, como en la sangre y
en la orina.
Ø CONSISTENCIA FÍSICA: La textura suave de la
patata reduce la necesidad de trabajo digestivo por parte del estómago, y le
proporciona un relativo descanso.
Ø CONTENIDO EN SUSTANCIAS SEDANTES: Varios
trabajos de investigación realizados en los laboratorios Hoffman La Roche de
Basilea (Suiza) y en la Universidad de Gotinga (Alemania) han puesto de
manifiesto que en la patata se encuentran pequeñas cantidades de varias
benzodiacepinas, sustancias sedantes muy usadas en farmacia. Una de las
sustancias encontradas en la patata es precisamente el diazepam, el mismo
principio activo que se encuentra en el conocido medicamento Valium. Estos
sedantes naturales de la patata `podrían actuar también localmente sobre el
estómago, contribuyendo a la relajación de este órgano.
Por todo ello, las patatas, especialmente en
forma de puré, son muy recomendable en caso de HIPERACIDEZ GÁSTRICA, GASTRITIS,
ÚLCERA DE ESTÓMAGO, PTOSIS GÁSTRICA (estómago caído), NEUROSIS GÁSTRICA
(nervios en el estómago), y en general, en todos los casos de DIGESTIÓN DIFÍCIL
o de ESTÓMAGO DELICADO.
Por supuesto es necesario cuidar de que la
forma de cocinar las patatas (fritas con exceso de aceite, condimentos) o los
alimentos que las acompañan (fritos, carnes, etc) no anulen los efectos
curativos de este tubérculo sobre el estómago.
Ø AFECCIONES CARDIOVASCULARES: Al ser muy bajas
en grasas y en sodio, las patatas constituyen un alimento ideal en caso de
ARTERIOSCLEROSIS, INSUFICIENCIA CARDÍACA, ANGINA DE PECHO o INFARTO e HIPERTENSIÓN
ARTERIAL. El hecho de ser tan rica en potasio hace que contribuyan a reducir la
hipertensión arterial.
Ø AFECCIONES DE LOS RIÑONES: Estos órganos se
encargan de eliminar con la orina el exceso de sustancias ácidas tóxicas que se
producen como resultado de nuestro metabolismo. Una alimentación rica en
proteínas aumenta mucho la producción de ácidos metabólicos, lo cual produce
descalcificación (pérdida de calcio por la orina), artritis úrica (gota) y
propensión a padecer enfermedades degenerativas.
Las patatas alcalinizan la sangre y la orina,
favoreciendo la eliminación de las sustancias ácidas tóxicas. De esta forma,
alivian el trabajo de los riñones y depuran (limpian) la sangre. Una
alimentación rica en patatas, o la llamada “dieta de patatas” resulta muy útil
en caso de ACIDOSIS METABÓLICA, EXCESO DE ÁCIDO ÚRICO, ARTRITIS ÚRICA y CÁLCULOS URINARIOS.
Por su abundancia en potasio y su escasez en
sodio, las patatas favorecen la eliminación de los EDEMAS (exceso de líquidos
retenidos en los tejidos) producidos por insuficiencia cardíaca o renal.
Ø DIABETES: Las patatas contienen hidratos de
carbono COMPLEJOS (almidón) que se transforma en glucosa de forma lenta,
durante las tres o cuatro horas que dura su digestión en el intestino. Esto
hace que no provoquen aumentos bruscos del nivel de glucosa en la sangre (como
lo hacen los hidratos de carbono simples o azúcares), y que sean bastante bien
toleradas por los diabéticos.
Sin embargo, hay que decir que según estudios
realizados, las patatas no se toleran tan bien como las alubias, que
constituyen la mejor fuente de hidratos de carbono para los diabéticos.
Ø OBESIDAD: Las patatas por sí solas no
favorecen la obesidad, sino que al contrario, resultan útiles para combatirla,
al menos por dos razones:
Producen una gran sensación de saciedad, que
reduce el deseo por seguir comiendo. Así, por ejemplo, 350 gramos de patatas (dos
patatas medianas) contienen las mismas calorías que una hamburguesa pequeña
(unas 270 Kcal), pero satisfacen mucho más el apetito.
Contienen abundantes vitaminas del grupo B
que ayudan a metabolizar los hidratos de carbono, así como minerales que evitan
la retención de agua en los tejidos, lo cual contribuye también a la obesidad.
Por supuesto que nos referimos a las PATATAS
HERVIDAS o ASADAS, pero no a las guisadas con alimentos grasos o a las patatas
fritas. Estas últimas son altamente calóricas (unas siete veces más que en
crudo), y favorecen la obesidad por la cantidad de aceite y de sal que
contienen. Lo que engorda es lo que suele acompañar a las patatas, y no estás
por sí mismas.
Ø DESNUTRICIÓN. Los niños pueden ser
satisfactoriamente alimentados con una dieta a base de patatas, en la que este
tubérculo proporcione hasta el 80% de las necesidades proteínicas infantiles.
Esto confirma la gran calidad de las proteínas de la patata. La patata es un
alimento apropiado, tanto en caso de desnutrición infantil como de adultos.
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